NO SIN MI MASCOTA: GORDI,FINAL FELIZ

04-12-2014

Publicado por: Mª José Martinez Pegna

NO SIN MI MASCOTA: GORDI,FINAL FELIZ

 

NO SIN MI MASCOTA: GORDI, FINAL FELIZ

A principios de noviembre recibimos un correo en el que nos pedían ayuda: una chica, víctima de malos tratos por parte de su pareja durante años, había reunido fuerzas para regresar a su país con su familia, pero no quería abandonar a su perrita GORDI, a la que tenía 7 años.

En el autobús la dejaban llevarla con ella, pero todo el mundo le cerraba las puertas: preparar a la perrita era muy caro y ni siquiera tenía todo el dinero para el billete, y ni los servicios sociales ayudaban con prontitud ni las protectoras contactadas se implicaban. Y nadie daba importancia a que la perrita se tuviera que quedar en la calle (otro abandono más), ni parecían valorar el que la chica, a pesar de necesitar marchar, no quisiera irse sin GORDI.

Contactamos con el vete, tuvimos la suerte de encontrar ayuda para cubrir los gastos y le entregamos un transportín para el viaje, así como un trajecito para que soportara el frío durante el mismo (dos días y medio cruzando Europa hasta Rumanía), y latitas para que la perrita pudiera comer en esos días.

Saber que se podría llevar a GORDI le devolvió la confianza, logró reunir el dinero para el viaje y hace dos semanas se marcharon a Rumanía, ojalá camino de una vida mejor.

Desde aquí animamos a aquellas personas que deban regresar a su país a no rendirse, a buscar soluciones para llevar a su animal con ellos o, al menos y en último extremo, a buscar opciones que eviten el abandono. Los animales forman parte de nuestra familia, en ocasiones casi son nuestra única familia en una tierra extraña, y abandonarlos es una traición que ni se merecen ellos ni puede aportar paz a quien lo hace.

 

Las protectoras apenas disponemos de recursos, y las autoridades no suelen estar precisamente sensibilizadas ante estas situaciones, pero entre todos se puede intentar. Las imágenes de GORDI con su dueña cuando ya tenía su pasaporte para poder viajar, y en el autobús camino de una puerta a la esperanza, deben servir para reflexionar y no mirar para otro lado.

No sin mi perra. GORDI y su dueña ya están en casa. ¡Buena suerte a ambas!